El zinc es un mineral fundamental para múltiples funciones del organismo, aunque muchas veces no se le da la importancia que merece. El cuerpo no lo produce por sí mismo, por lo que debe obtenerse de fuentes externas como la alimentación o, en algunos casos, los suplementos. Sus efectos son variados, pero también es común que circulen mitos o desinformación sobre su uso.
En Chile, cada vez es más común encontrar zinc en suplementos, multivitamínicos o productos orientados a “fortalecer el sistema inmune”, lo que ha generado cierta confusión sobre su utilidad real. Por eso es importante aclarar qué funciones cumple realmente este mineral, en qué alimentos se encuentra y cuáles son los riesgos de consumirlo en exceso.
El zinc cumple un papel clave en la división celular, la reparación de tejidos, el metabolismo y la inmunidad, pero no se trata de una solución mágica. No previene enfermedades por sí solo ni mejora la salud de forma automática. Más bien, su presencia equilibrada en el cuerpo contribuye al buen funcionamiento general.
Impacto del zinc en la salud
El zinc interviene en más de 300 funciones enzimáticas del cuerpo humano, relacionadas con la producción de proteínas, la reparación de ADN y la regeneración de tejidos. Por eso es esencial desde la infancia hasta la adultez, en procesos de crecimiento y en la mantención de órganos y sistemas.
También tiene propiedades antioxidantes que protegen las células del daño oxidativo, lo que influye en el envejecimiento, la salud de la piel y la prevención de ciertas enfermedades crónicas. En ese contexto, no es raro que se lo encuentre en cremas dermatológicas o suplementos para la piel.
Este mineral es importante en la cicatrización de heridas y el mantenimiento de las mucosas, lo que lo hace útil en tratamientos tópicos o fórmulas con fines regenerativos. Cuando hay deficiencia de zinc, las lesiones pueden demorar más en sanar.
Además, el zinc ayuda a conservar el sentido del gusto y del olfato, y participa en la protección ocular. En personas mayores, bajos niveles de zinc pueden vincularse con dificultad para adaptarse a la oscuridad o con trastornos alimentarios por pérdida del apetito.
Importancia del zinc para el sistema inmunitario
Uno de los aportes más conocidos del zinc es su función en el sistema inmunitario. Ayuda a formar y activar células defensoras, lo que permite al organismo responder mejor ante virus, bacterias o infecciones.
Durante los últimos años, ha aumentado el consumo de suplementos que combinan zinc con vitamina C o vitamina D, como apoyo al sistema inmune. Aunque estos productos pueden ser útiles en personas con deficiencias, no reemplazan una alimentación saludable ni previenen enfermedades por sí solos.
Hay que tener cuidado con la información que circula en redes sociales sobre el zinc como “cura” para resfríos o gripes. Aunque algunos estudios sugieren que podría acortar la duración de ciertos cuadros virales leves, sus efectos no son milagrosos.
En personas con defensas bajas, enfermedades crónicas o dietas muy restringidas, el zinc puede ser una ayuda, pero siempre debe evaluarse caso a caso. Algunos productos disponibles en farmacias y supermercados chilenos incluyen zinc como ingrediente principal, pero su uso debe ser informado.
Riesgos de la sobredosis de zinc
Consumir zinc en exceso puede causar problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos o dolor abdominal. También puede afectar la absorción de otros minerales, como el cobre, generando desequilibrios importantes.
Es común que las personas usen suplementos por su cuenta sin saber que algunas combinaciones pueden ser perjudiciales. Por ejemplo, tomar zinc junto a hierro o calcio puede dificultar su absorción. Si además se consume con antibióticos o multivitamínicos, los efectos pueden ser contraproducentes.
Los suplementos de zinc vienen en diferentes formas: gluconato, bisglicinato, sulfato o picolinato. Aunque todos contienen zinc, su absorción puede variar. Algunas presentaciones están pensadas para una mejor tolerancia gástrica o una absorción más rápida, pero eso no significa que sean necesarias para todos.
La clave está en no automedicarse ni repetir fórmulas que funcionaron en otras personas. Incluso los suplementos más comunes pueden generar efectos secundarios si se toman sin indicación. El zinc es útil, pero mal utilizado puede generar más daño que beneficio.
Zinc y dieta: cómo obtenerlo naturalmente
Los alimentos de origen animal son las fuentes más ricas en zinc. Carnes rojas, aves, mariscos (especialmente las ostras), pescado y huevos lo aportan en cantidades que el cuerpo puede absorber con facilidad. Para quienes tienen una dieta equilibrada, no suele ser necesario suplementar.
También hay fuentes vegetales, como legumbres, cereales integrales, semillas de zapallo y frutos secos. Aunque su absorción es menor debido a los fitatos presentes en estos alimentos, siguen siendo una alternativa válida, especialmente en personas vegetarianas o veganas.
En supermercados chilenos hay cereales, barritas nutritivas y productos fortificados que aportan zinc. Algunos panes o bebidas vegetales también están enriquecidos, lo cual puede ser útil para complementar una dieta con baja presencia de proteínas animales.
Si bien es preferible obtener zinc a través de la alimentación, en casos específicos un suplemento puede ser necesario. Pero esa decisión debe ser tomada con orientación profesional, y nunca por recomendación general o información poco confiable.
Mejor momento para tomar suplementos de zinc
Cuando hay deficiencia diagnosticada, el suplemento de zinc puede formar parte del tratamiento. Sin embargo, su uso debe estar supervisado, ya que las necesidades varían según la edad, el estado de salud y la dieta.
En general, se recomienda tomar el suplemento lejos de comidas ricas en calcio o hierro, para mejorar su absorción. Pero no todas las personas deben seguir esta regla, y hay presentaciones diseñadas para ser tomadas con alimentos.
En Chile existen opciones en cápsulas, comprimidos masticables o polvos para disolver, a veces combinados con otras vitaminas o minerales. Algunas fórmulas son de alta gama y otras más accesibles, pero lo importante es elegirlas según la indicación médica.
Evitar el uso prolongado sin control es clave. Incluso suplementos de venta libre pueden tener efectos acumulativos, sobre todo si se toman en paralelo con otros productos que también contengan zinc. La idea no es evitar el zinc, sino mantenerlo en equilibrio.